El proceso de aprendizaje de los hábitos alimenticios es especialmente importante para el equipo de Samaruc. Es crucial tener en cuenta la alimentación durante los primeros años de vida ya que, además de facilitar un buen estado nutricional y un crecimiento óptimo, puede ayuda a consolidar la adquisición de hábitos saludables para la edad adulta.
Cada etapa de la vida tiene sus peculiaridades y necesidades a las que hay que ir adaptando la alimentación. Desde la escuela nos amoldamos a cada nivel evolutivo, preparando diferentes menús en función de las necesidades de los pequeños/as.
La infancia se caracteriza por ser la etapa dónde se produce un mayor crecimiento físico y desarrollo psicomotor. Eso significa que la alimentación no sólo tiene que proporcionar energía para mantener las funciones vitales, sino que además debe cubrir las necesidades mayores relacionadas con el crecimiento y la maduración.
El ambiente durante las comidas es relajado y cómodo. Es además un momento de interacción social.
No se puede olvidar que los ritmos de las criaturas son diferentes de los de las personas adultas, por lo tanto para que se genere una buena relación en torno a la comida, la paciencia y el tiempo que se dedica son imprescindibles.
En la escuela consideramos el tiempo de la comida como un momento idóneo para la comunicación y el intercambio, para atender lo que dice o expresa el niño y la niña, tanto de manera verbal como no verbal, respetando siempre sus decisiones.
